Lo que parece en un principio un capítulo del “monstruo de la semana” se acaba convirtiendo en la llave que abre la puerta a más misterios relacionados con ese extraño movimiento conocido como ZFT.
Nicholas Boone es un científico que está trabajando para el ZFT porque ellos tienen a su mujer (el monstruo de la semana) y promete contar todos los secretos (que sabe) a cambio de que le ayuden a recuperar a su mujer. Me gustó mucho ver a Olivia y Peter en la calle, mientras Walter y Boone (no, no el de Lost) trabajaban en encontrar una cura para el virus que se había convertido a la mujer de éste en un monstruo sediento de líquido de espina dorsal (ouch). Fue curioso ver que al tener otra mente perturbada como la suya para trabajar codo con codo, Walter mostrara su lado más cuerdo y sensato. Ambos se ayudaron y se entendieron a la perfección.
Como era de esperar, y ya he dicho en más de una ocasión, todas las pistas apuntan hacia Massive Dynamics (que acabarán teniendo la culpa hasta de la crisis, ya veréis) y sobre todo a la figura de su fundador y antiguo colega de laboratorio de Walter, William Bell. No veo la hora de verle el careto a este cabrón…
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