He de reconocer que durante los primeros 20 minutos me desagradó el cambio de dos de los protagonistas, lo de cambiar a Annie y a Mitchell (Fantasma y Vampiro respectivamente) no me gustó ni medio pelo.Al cabo de un rato estaba un poco más acostumbrado, y al final, aunque me gustaban más los anteriores, encontré pasables a estos dos.
La verdad es que han cambiado a varios personajes "secundarios" el "malo" principal de los vampiros no me pega nada, se lo ve demasiado psicópata humano, más que sobrenatural. Según la BBC, los cambios en el casting y la ligera reorientación en el argumento, se deben a que quieren enfocar la serie a un publico objetivo más joven.
En capítulo de hoy que se supone que es el primero y que no hemos visto el anterior, nos cuentan la transformación de los personajes en lo que son, así vemos como Mitchell es convertido durante la 1º guerra mundial, Annie muere por causa de una caída y a George lo ataca una bestia salvaje que es perseguida en el bosque.
George descubre que pese a los intentos que realizan por ser "normales", Mitchell lo engaño con respecto a la muerte de una compañera de trabajo.
A la cual transformó en vampiro y que dará juego durante el capítulo.
Annie por su parte intenta volver a ver a su novio, lo que al final ocurre, pero no como ella esperaba. En definitiva, el capítulo no es tan bueno como el primero que vi, pero si lo suficiente para darle una oportunidad a la serie.
Vaya! Me había olvidado que estaba el piloto, y eso que me lo dijeron hace 2 días xD
ResponderEliminarTendré que bajarlo, que parecía una serie, por lo menos, original.
lo ciert, es que en mi opinión, la serie a perdido bastante. Al margen de que a nadie le guste que cambien unos personajes a los que ya se había acostumbrado, creo que el nuevo enfoque de Mitchel, crea un personaje más superficial (tenemos al latino cachas) a diferencia del personaje anterior. Respecto a Annie, no tengo nada que comentar salvo el desagrado propio de un cambio en un personaje.
ResponderEliminarTodo el cambio de personajes huele a politicamente correcto.
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