Esta serie me gusta, pero cada día que pasa me convence un poco menos.Los dos protagonistas cumplen la premisa de estar enamorados y no decirlo, creando así tensión entre los dos; pero no son creibles.
Le falta fuerza a los personajes, y se nota. Los buenos parece que fueran buenos porque si, y no porque tengan motivos para serlo.
Casi es más creible el actor secundario al que desubren como traidor, que el terceto protagonista.
Los pocos efectos especiales no están del todo mal, ya que cumplen sin sobresaltos.
Ahora Richard va de camino a una ciudad desaparecida, vamos a ver cuanto tarda en llegar, porque hasta ahora cualquier excusa le sirve para apartarse del camino.
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